Si bien el arbitraje de Cristian Rubiano fue pésimo y se «comió» al menos dos penales, Ferro no pudo aprovechar que jugó varios minutos con Huracán que tenía 10 en cancha. Sin idea de juego, mal los cambios (salvo en 1 partido de 28, nunca cambió el desarrollo del juego) y contínuas decisiones erróneas hicieron que ni Persia, ni González ni Federico Vasilchik tuvieran una situación de riesgo. Pobre empate en 0 que lo mantiene en la pelea pero sin chances de Copa Argentina y pareciera que debiéramos conformarnos con quedarnos en la categoría y nada más.
Ferro no perdió porque no se equivocó. Sino, quizás el resultado era otro. Pero tampoco tuvo méritos reales para ganarlo salvo si Rubiano que estaba «ciego», hubiera cobrado alguno de los penales que debió tener a favor el verde.
Fisicamente el equipo no doblegó a su rival siendo que jugó varios minutos con uno más. Los cambios nunca cambian el desarrollo del juego y otra vez volvió a salir quien era el más claro con la pelota: Matías Gómez.
En cancha volvieron a estar Matías Persia, Federico Vasilchik e Ignacio González pero como diría Guillermo Barros Schelotto, todos los centros que tiraban eran «centros de mierda». Fácil para Acordino que siendo un arquero bastante limitado en sus movimientos, parecía ágil con semejante ayuda verdolaga.